No había nada más por descubrir,
el suelo empezó a derrumbarse
y ahora estamos en el fondo de este pozo.
Al menos estamos juntos,
aunque no nos podamos ver.
Respiremos de esta agonía que nos queda,
compartamos la última copa antes de partir,
sabemos que este no es el fin,
aunque estemos a punto de morir.
Estamos a un paso...
miércoles, 11 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
No dejé que la oscuridad de tu corazón se lleve lo poco que quedaba de mí
y no voy a permitirle al cielo que caiga lluvia de sangre sobre mi cuerpo,
este que llevo a pesar del dolor,
con el que camino sin importar cuan lastimados mis pies están.
Después de haber peleado esa batalla, creo que voy a ser más fuerte. Ahora entiendes que algo perdiste, no queríamos aceptarlo, pero ahora ya no somos dos.
Puedo ver con claridad que ese amor que juraste no fue sincero, pero yo también fui culpable y quizás lo tomé como un castigo por errores que ayer cometí. Puedo escuchar voces en la noche, que susurran ese nombre que no quiero recordar, y llorar ya no sirve de nada, ni para desahogarme, porque ya no mereces mi dolor.
Está bien, debes seguir tu camino, no rompas más alas, no destruyas un alma más por complacer tu necesidad de poder. Ese poder no existe, no agaches más la cabeza, mírame a los ojos y entiende que esto lo puedo superar.
Ya no me importa el paisaje de tus ojos, ya no encuentro regocijo al oír tu voz, ahora una distorsión corroe todas las melodías que ayer compartimos. Ahora prefiero escucharme un poco mas a mí.
D.
y no voy a permitirle al cielo que caiga lluvia de sangre sobre mi cuerpo,
este que llevo a pesar del dolor,
con el que camino sin importar cuan lastimados mis pies están.
Después de haber peleado esa batalla, creo que voy a ser más fuerte. Ahora entiendes que algo perdiste, no queríamos aceptarlo, pero ahora ya no somos dos.
Puedo ver con claridad que ese amor que juraste no fue sincero, pero yo también fui culpable y quizás lo tomé como un castigo por errores que ayer cometí. Puedo escuchar voces en la noche, que susurran ese nombre que no quiero recordar, y llorar ya no sirve de nada, ni para desahogarme, porque ya no mereces mi dolor.
Está bien, debes seguir tu camino, no rompas más alas, no destruyas un alma más por complacer tu necesidad de poder. Ese poder no existe, no agaches más la cabeza, mírame a los ojos y entiende que esto lo puedo superar.
Ya no me importa el paisaje de tus ojos, ya no encuentro regocijo al oír tu voz, ahora una distorsión corroe todas las melodías que ayer compartimos. Ahora prefiero escucharme un poco mas a mí.
D.
lunes, 2 de junio de 2014
Veo desesperación en el reflejo de esas apariciones nocturnas,
veo miseria en las miradas perdidas, en los ojos de los olvidados.
Veo miedo en el andar de los que desistieron, el abrupto temor
que se apoderó de sus inocencias, esas que eran parte de sus
más hermosas melodías, las que ya no saben cantar.
Veo manchas negras en sus manos, fueron cadenas que dejaron su marca.
Veo desesperanza en el color de sus labios, que ya no saben que decir,
el lamento es parte del olvido y ya no queda más por olvidar.
Veo silencios apoderándose de la noche, vuelan fantasmas del ayer,
entre paredes que se van derrumbando, es como si cayeran pedazos de cielo,
una guerra que no tiene fin.
D.
veo miseria en las miradas perdidas, en los ojos de los olvidados.
Veo miedo en el andar de los que desistieron, el abrupto temor
que se apoderó de sus inocencias, esas que eran parte de sus
más hermosas melodías, las que ya no saben cantar.
Veo manchas negras en sus manos, fueron cadenas que dejaron su marca.
Veo desesperanza en el color de sus labios, que ya no saben que decir,
el lamento es parte del olvido y ya no queda más por olvidar.
Veo silencios apoderándose de la noche, vuelan fantasmas del ayer,
entre paredes que se van derrumbando, es como si cayeran pedazos de cielo,
una guerra que no tiene fin.
D.
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