Veo desesperación en el reflejo de esas apariciones nocturnas,
veo miseria en las miradas perdidas, en los ojos de los olvidados.
Veo miedo en el andar de los que desistieron, el abrupto temor
que se apoderó de sus inocencias, esas que eran parte de sus
más hermosas melodías, las que ya no saben cantar.
Veo manchas negras en sus manos, fueron cadenas que dejaron su marca.
Veo desesperanza en el color de sus labios, que ya no saben que decir,
el lamento es parte del olvido y ya no queda más por olvidar.
Veo silencios apoderándose de la noche, vuelan fantasmas del ayer,
entre paredes que se van derrumbando, es como si cayeran pedazos de cielo,
una guerra que no tiene fin.
D.
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